Uno de las razones para no decir que no a un Capri es porque con un largo que oscila entre la mitad y el final de la pantorrilla, favorece y estiliza como pocos.
A expensas del largo exacto, el toque Capri se puede conseguir con un sencillo gesto: enrollar el bajo del pantalón y destilar actitud.
Feliz San Jueves!!
MuA MuA
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